miércoles, 13 de marzo de 2013

Apostándole a la Musa

  He vuelto a tener ese sueño, como una maldición de la que no puedo huir. Da igual donde me esconda, siempre acaba encontrándome...justo cuando pretendía ser feliz. Ahora me invade esa sensación de desazón, de soledad. La cálida oscuridad que me rodea me produce una punzada de dolor, una meliflua pero poderosa sensación, como un recuerdo...no, como nostalgia. A veces añoro mi pozo de miseria, me gustaría alejarme del resto del mundo, pero una marea de mierda no deja de azotar sus muros. Supongo que aquí estoy de nuevo, aunque el mundo real no es ni la mitad de perfecto que como lo recordaba. Luego me giro y la veo a ella, desnuda, bañada por una tenue luz, perfecta. Quizá haya esperanza después de todo...

Rodras