viernes, 21 de marzo de 2014

Cartas a una Musa: Carta VII

Querida Musa:

  Desde la tierra de los bebedores de vodka el tiempo te juega algunas pasadas. En un momento eres feliz, al siguiente te encuentras añorando algo que jamás has tenido, y haciéndote ideas tontas sobre lo que ya ha pasado y lo que estará aún por venir. Qué situación, cuando ni siquiera yo mismo se lo que quiero, ni por qué, como un niño. Un pequeño caprichoso y mimado, que se interesa por todo y nada al mismo tiempo. Que ve una luz brillante en frente y la quiere para si. Mientras tanto, trato con todas mis fuerzas de que no te canses de mi. Y estas lineas que aquí ves, son lo más desesperado para tenerte a mi lado que se me ha ocurrido hacer. Menuda decepción, cuando te des cuenta de que soy todo potencial y nada más, cuando veas que en realidad estoy vacío y sólo en mi torre de marfil, en mi pozo particular y que eso nadie podrá cambiar nunca ya. Pero eres tan bella...que espero que este momento nunca acabe... Entre tanto yo me dedico a hacer lo que mejor se. Comportarme como un auténtico imbécil. Así trato de matar el tiempo, aunque creo que esta vez es el tiempo el que me acabará matando a mi. Algo debe cambiar, porque no siempre estarás ahí, aguantando mis gilipolleces, eso también lo sé. Ahora todo se torna oscuro, demasiado oscuro para ver.

Infielmente tuyo

Rodras