Eva levantó la cabeza del libro y contempló la curiosa figura que caminaba a zancadas, un leve indicio de sonrisa apareció en su rostro. Adán aminoró el paso, llego a su mesa, sus miradas se encontraron y parecía que Adán iba a hacerlo...pero ¿qué hizo amigos? Desvió su mirada y siguió andando apretando sus manos en los bolsillos. Qué podemos hacer del execrable trabajo de un importantisimo, y digo importantisimo autor post-moderno español. No os cortéis, hacedme otro agujero en el culo o dos...
Rodras
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