miércoles, 18 de enero de 2012

Blue Velvet

  Aún recuerdo aquella noche, no de forma nítida, supongo que de eso se encargó el whisky, sino más bien de forma cognitiva: el olor, la tenue luz, el frío que hacía...y a ella. Vestía terciopelo azul. Aún más azul que el terciopelo, eran sus ojos, esos ojos...parecía que podía ver a través de mi, de mi piel, de mis músculos y verme el alma desnuda. Mirarlos era como mirar directamente al Sol, algo así puede dejarte ciego. Quise bañarme en ese océano y sentir el terciopelo, sólo por un segundo, pero me detuve. Me parecía que se iba a ofender el firmamento si le robaba sus dos estrellas más brillantes...soy idiota. Que se joda el cielo. Ahora si que necesito una copa.


Rodras

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