''¡¿Qué tiene el que no tenga yo?! Quiero saberlo''. Vaya, había bajado la guardia, y ahora estaba diciendo gilipolleces. No podía reprocharle nada, la verdad es que no le ofrecí demasiado, y recordé con una cierta tristeza, como una película a cámara rápida, todo lo que habíamos vivido juntos. Controlé la punzada en el pecho, y sin dejar que ella me respondiese me encendí un cigarro y dejé que el humo calmara el dolor, que poco a poco iba desapareciendo. ''No importa, ya me voy, siento haberme puesto así...'' le dije después de expulsar el humo y comencé a caminar dándole la espalda. Cuando estaba a unos pocos metros me dijo: ''¿Estás bien?'', ''No te preocupes'' le dije sin volverme ''Yo siempre estoy bien...''
Rodras
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