viernes, 24 de febrero de 2012

Sin forzar

  Me di la vuelta y le dije: ''Voy a ir a por ella''. Apuré el Jack de un sorbo y me levanté con el miedo del condenado que recorre la Milla Verde, pero no miré atrás. Caminé lentamente, con la mirada fija en sus ojos...esos ojos. ''Bésala'', dijo una voz en mi cabeza. ''Cállate'' murmuré. Seguía avanzando a medida que iba perdiendo la poca confianza con la que había comenzado mi viaje. ''Con calma'' me repetía una y otra vez, ''No te precipites''. Ya estaba a unos pocos metros, estaba oscuro, muy oscuro, suerte que esas dos estrellas guiaban mi camino. Repasé como cien veces la conversación que tendriamos, tranquila, relajada, dejando que las cosas siguieran su curso natural, como me habían dicho ''Sin forzar''. De pronto una canción de amor...me quedé sin aliento. Ya estaba a su lado. Mierda. Farfullé algo así como : ''En la tiza de tus ojos, hay cenizas de naranjo en flor, y pavesas, del rastrojo del amor...cuélgate de quien te quiera, no te mueras más que por amor...cuando yo, tenía tu edad, era mayor...''.
  Se asustó, normal. Ojalá ser valiente no saliese tan caro. Volví a mi sitio y escuché: ''La cagaste otra vez, ¿eh?'', ''Yo no vendo amor sin espinas'' contesté. ''Lo sé, te invito a una copa, otra vez será'' esa fue la jodida mejor idea que había escuchado en toda la noche.


Rodras

No hay comentarios:

Publicar un comentario