No sabría poner nombre a la
eternidad que llevo escudriñando ese horizonte, tan infinito, tan
inmóvil...me hace sentir como en casa....sentir... eso me gusta de los
sueños, no necesitas explicaciones, no necesitas promesas, ni
juramentos, ni caminos que te conduzcan a ningún sitio...solo sabes
aquello que es.
En este reino, donde danzan a tu son las sombras de
la caberna, yo soy un viejo corsario y las arrugas de mi rostro están
acordes con las veces que amé, lloré vi morir y maté. Y navego en
mi barco,sin rumbo, tan lejos como los vientos y sus habitantes
puedan llevarme, buscando imperios y patrias allí donde espuman las
olas. Me siento libre... Pero la eternidad solo dura para siempre en
tus brazos y en este océano los abismos devuelven las miradas, se
precipita la líquida oscuridad, el justo castigo, y las aguas me
engullen entre tifones y remolinos...
Y con el ánimo de quien supo vivir
hasta la muerte, me despierto...solo un loco de nuevo...
Dijo el loco al poeta,
-Hagamos trozos a la luna,
que llueva plata sobre el mar,
que el cielo, en su caída arranque
de una tajo el horizonte,
y vuelta la tierra sin orden ni linde
caeré rodando a ella, a las estrellas.
Así la noche será noche,
y reinaran las cosas dormidas.
Presnas
Ojalá algún dia esté tan loco como para escribir algo así
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